Coyoacán está conformado por templos, viejas casonas, plazas coloniales, mercados, museos, librerías y artesanías.
Se tiene registro que los primeros habitantes del Centro de Coyoacán se albergan alrededor de los años 1000 a 600 a.C. Una pequeña aldea que compartía la tradición de la cerámica elaborada con arcilla de la cuenca de México.
En el año 1521 fue testigo de la llegada de los españoles y desde entonces ha sido un sitio emblemático en la historia de la Ciudad de México y del país.
“El lugar de los que tienen o poseen coyotes”, a partir de: coyotl (coyote), hua (posesión) y can (lugar). El término coyoacanense, surgió entre los siglos VII y XII d.C., etapa en la que el sitio habría sido fundado, de acuerdo a los parámetros marcados por diversos historiadores y cronistas.
Por su ambiente mágico, su vegetación abundante, su tranquilidad y sus características provincianas, han atraído a sin fin de celebridades a través del tiempo como los escritores José Juan Tablada y Rubén M. Campos, el pionero investigador del arte mexicano Manuel Toussaint, el maestro y gran cronista Salvador Novo, el destacado pintor José Chávez Morado, los renombrados artistas Dolores del Río, Emilio “Indio” Fernández, Frida Kahlo, Manuel Álvarez Bravo, Diego Rivera, y el exiliado político León Trotsky, entre muchos otros.
El Centro de Coyoacán es donde se concentran los poderes políticos de la Delegación Coyoacán. Una plaza que conforma principalmente dos jardines: el Jardín Hidalgo y el Jardín Centenario.
En el antiguo atrio y camposanto del templo de San Juan Bautista, encontramos al frente una sencilla cruz atrial; a la izquierda una gran estatura del cura Miguel Hidalgo, y en su parte posterior la escultura labrada sobre un tronco de árbol “La Familiade” de Antonio Álvarez Portugal y Josué. A un lado el quiosco, siempre rodeado de palomas.
