Nadar con “el pechocho”

el Pechocho

En la ensenada conocida como Bichi en la bahía de Topolobampo, Sinaloa, vive “el Pechocho”, un delfín silvestre que los lugareños aseguran tiene 25 años de edad aproximadamente, se cree que nació en el estero el Bichi y que nunca ha salido de ahí.

Algunas versiones dicen que el Pechocho cuando estaba recién nacido perdió a su madre y familia durante un fenómeno natural bastante fuerte. Pese a que las aguas bajas no son lo ideal para su entorno, él eligió ese sitio para su resguardo. Se adaptó a los seres humanos, comentan, porque pescadores porteños acudían al estero a recolectar ostras. Algunos de ellos narran que el delfín se paseaba por entre sus piernas, sin dañarlos. Ellos nunca lo alimentaron.

Es un ser alegre y amigable. Le gusta que le rasquen la panza, el lomo y la cabeza; suele dar vueltas para demostrar que disfruta las caricias. Su nobleza no sólo le permite juguetear con los locales y turistas, también permite que naden cerca de él.

Pasando algunos minutos, el Pechocho, alza una rama de mangle desde el fondo del mar indicando que ya no quiere socializar, según los lugareños, quienes aprendieron a entender esta señal con el paso del tiempo y la experiencia de tantas visitas a la zona.

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El horario de zarpar es de las 08:00 horas a las 20:00 horas todos los días, sin descansos. El viaje dura dos horas. Cada panga tiene cupo máximo de ocho personas.

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