Charlando con… Alicia de la Rosa

Alicia de la Rosa

Experta en Terapias asistidas con perros

Soy Alicia de la Rosa, mamá de Imelda (Golden Retriever de 9 años de edad),  Annie (Golden Retriever de 2 años y medio de edad), Pingüe (gato de 12 años de edad) y Regina mi bebé humana.

Soy Cirujano Dentista y actualmente estudió la carrera de Psicología  ambas en la UNAM, tengo una especialidad en psicoterapia Gestalt y soy Experto en Terapias Asistidas con perros y Entrenadora de perros de asistencia, para lo cual “Imelda “ es mi compañera de trabajo.

Estoy casada con Federico desde hace 10 años.

Imelda ha sido una compañera inigualable: cariñosa, inteligente, tolerante y fue mi desbordado amor por ella la que me llevó a buscar capacitarme en el mundo de las Intervenciones Asistidas con perros, yo quería ir con ella a todos lados y compartir con otros el beneficio de estar con ella, mirar sus ojos y sentir una profunda alegría y paz y encontré esta profesión que ambas disfrutamos mucho.

Regina es una niña muy deseada y esperada por su papá y por mí, llegó a llenar  nuestros días de colores y sonrisas, y a recordarnos redescubrir la maravilla de la vida en cada detalle y comparte mi amor y gusto por los animales y la naturaleza.

Cuando conocí a Annie en la Fundación donde estudié para entrenadora de perros de asistencia, ella tenía 8 meses de edad y venía de una familia que la donó a la fundación; ella no aprobó el examen para ser compañía de una persona con discapacidad o ser perro de alerta médica, pues era muy temerosa y sensible a los estímulos, a la gente, a  objetos, a otros perros y sonidos principalmente (esto debido a una inadecuada socialización cuando fue cachorrita que es primordial para cualquier perro pero más para un perro de asistencia o terapia);  me encariñé tanto con ella durante el curso que cuando finalizó y supe que no sería perro de asistencia  decidí adoptarla y  con  tiempo, cariño y paciencia esos temores han desaparecido  ahora es una perrita traviesa, valiente y cariñosa; adoptarla fue una gran decisión.

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Y Pingüe  (hijo de Marieta a quien adopté en una veterinaria, quien murió el año pasado) lo vi nacer y es un  gato  faldero, cariñoso, sociable, platicador (maúlla cuando le hablan) se lleva de maravilla con Imelda y Annie y es compañero de juegos de Regina, pues a él le gusta jugar a perseguir o aventar globos y pelotas.

Ser profesionista, estudiante, esposa y mamá es todo un reto, para el cual la mejor motivación es disfrutar a mi familia humana, perruna y gatuna; salir con ellos o estar en casa viendo una película todos en el sofá es de lo más divertido, relajante y gratificante en mi vida  y claro todo esto es posible también gracias al apoyo de mi esposo  y  Regina que  también coopera, es la encargada de darles de cenar y de cepillarlos los viernes en la tarde. 

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